Los
profesionales de los Centros de Salud no son solo trabajadores del sistema,
también son pacientes NO RECLAMAN DINERO sino una sanidad pública donde todos
tengamos acceso a ella.
SON SANITARIOS SON PACIENTES
En
septiembre del 2008 el entonces Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Juan
José Güemes, realizó una exposición en el hotel Ritz de Madrid acerca de las
infraestructuras sanitarias de la región. La tituló: “Oportunidades de
negocio”. El auditorio era una selección de empresarios del sector de la
sanidad. Las empresas competirían con sus ofertas por la facturación que
ofrecerá la atención sanitaria de más de un millón de madrileños.
La
privatización de hospitales y Centros de Salud en Madrid, abre un negocio de
más de 400 millones de euros.
Si
un gestor público defiende la privatización, muestra su más completa
incapacidad de gestión y debería ser cesado. Reconocer que la gestión, que hace
desde lo público es peor que la que pueda realizar una empresa privada, con
ánimo de lucro y por tanto obteniendo beneficios, es el colmo de la inutilidad.
No
es cierto en modo alguno que la
Comunidad de Madrid, tenga un elevado gasto sanitario, sino
que por el contrario es una de la Comunidades Autónomasla
Sanidad.
Los
objetivos de ahorro indiscriminado que se proponen desde la Consejería solo van a
provocar mayores problemas a los Centros y a la postre un deterioro de la
atención sanitaria.
Para
que una empresa privada obtenga beneficios (su razón de ser) en la prestación
sanitaria pública, en iguales condiciones de cobertura y servicios
asistenciales, sólo puede disminuir sus gastos en recursos humanos y/o en
calidad de los servicios y, en ambos casos, hay un perjuicio directo sobre el
usuario.
No
es cierto que los copagos y menos aún la implantación del euro por receta vayan
a mejorar la prestación farmacéutica, más bien lo contrario porque las personas
con pocos recursos tendrán dificultades para comprar los medicamentos recetados
y se producirán numerosos casos de incumplimiento terapéutico con las
complicaciones que conlleva y los costes que se producirán por el agravamiento
de sus enfermedades.
Por
todos ello, está propuesta no garantiza la sostenibilidad, no va a ahorrar
significativamente y desde luego va a empeorar el funcionamiento del sistema
sanitario de Madrid, Su único objetivo es privatizarlo y realizar una
transferencia de fondos desde el bolsillo de los ciudadanos y los profesionales
a las empresas privadas.
La
protección de la salud de los ciudadanos desde los poderes públicos es un
derecho constitucional y un pilar fundamental del estado de bienestar que no
debe producir beneficios económicos ni públicos ni privados. ES INMORAL.
NUESTRA SALUD NO SE VENDE
Hace
unos días hizo unas declaraciones del Presidente de la Comunidad de Madrid, J.
Ignacio González González, afirmando que al usuario de la sanidad pública,
cuando recibe una asistencia sanitaria, le da igual quién la paga si es buena.
Reflexionemos
¿es verdad que al usuario le da igual?
-
¿ Volvería usted
a un restaurante, por muy buen servicio que hubiera recibido, si conociera que
en la cocina no se cumplen una mínimas medidas de higiene en la manipulación de
los alimentos?
-
¿ Depositaría
usted sus ahorros en un banco denunciado por engañar a sus clientes aunque le
ofrezcan alta rentabilidad y seguridad?
-
Se montaría otra
vez en un avión que le hayan llevado bien a su destino aunque empleara a
pilotos sin experiencia y no cumpliese las medidas de seguridad del transporte
aéreo?
-
Sabiendo lo caro
que es comprar instrumentos y aparatos de alta tecnología sanitaria ¿cree que
en un hospital de gestión privada invertirá en ellos sabiendo que va a atender
a los mismos pacientes y recibir el mismo presupuesto lo compre o no ?
¿Cómo
es posible que defienda la
Administración pública la privatización sanitaria? Porqué
privatizar, se plantee como se plantee, supone aumentar la inseguridad, no
tanto de quien la impone, sino de todos los usuarios a los que les va a
afectar.
Es
verdad, que puede que se sienta tan bien atendido con un modelo como con otro,
pero reflexione sobre las diferencias que hay más allá de la simple atención.
