Sí hay alguna definición que más se ajuste a OBESIDAD no es sobre INDICES DE MASA CORPORAL, la definición más acertada es FRUSTRACION; frustración para los sanitarios y para los no sanitarios, pues si bien la obesidad está muy estudiada a todos los niveles científico y no científico, no por eso se ha conseguido una solución duradera.
Cada poco tiempo salen estudios epidemiológicos, con resultados de aumento de prevalencia, y se han identificado los factores de riesgo, que en su mayoría son debidos a nuestra EVOLUCIONADA Y TECNOLÓGICA sociedad; incluso la Organización Mundial de la Salud en 1998 debido a las cifras de obesidad y sobrepeso lo calificó de epidemia.
Con estos estudios queda claro que la obesidad está en relación con el aumento de enfermedades cardiovasculares, de hipertensión, de diabetes. También que factores como el sedentarismo y la dieta, con aumento de consumo de proteínas y grasas y el bajo consumo de hidratos de carbono y de frutas y verduras; contribuyen a la aparición y al mantenimiento de la obesidad. Sabemos que en familias con padres obesos hay una probabilidad alta de hijos obesos.
Somos capaces de diagnosticar la obesidad, la tenemos clasificada; tenemos conciencia de que se trata de un problema emergente de salud pública en países desarrollados.
Y también sabemos que hay que trabajar EDUCANDO, MOTIVANDO E IMPLICANDO, y que además hay que trabajar en varios frentes con el niño, la familia, la sociedad, dentro de la sociedad hay que contar con las autoridades, con la industria alimentaria.
Estos serían los consejos y recomendaciones del grupo de prevención de infancia y adolescencia
• Intervención prenatal sobre factores relacionados con el peso elevado al nacimiento.
• Potenciar los patrones de alimentación saludable:
Promoción de la lactancia materna y correcta introducción de la
alimentación complementaria.
Respetar el apetito de los niños y no forzar la alimentación.
Restringir el consumo de alimentos energéticamente densos (tentempiés) y
refrescos azucarados.
Dieta equilibrada con consumo adecuado de grasas, frutas y verduras. (“5
al día”, “Pirámide alimentación”)
• Práctica de actividad física regular.
• Reducción de actividades sedentarias (televisión, video, ordenador y videojuegos)
limitándolas a un máximo de 1-2 horas día.
• Implicar a toda la familia en las actividades recomendadas. Potenciar estilos de
vida saludables en padres y madres como modelos de sus descendientes.
• Tener en cuenta las posibilidades del entorno y las características culturales y
sociales de la familia al realizar las recomendaciones.
• Ofrecer un entorno de la consulta pediátrica coherente con los consejos evitando la
televisión en las salas de espera y las recompensas de caramelos.
¿Pero sabemos cómo motivar, educar e implicar? ¿A quién corresponde motivar, educar e implicar? ¿Quién y cómo debe trabajar con el niño, la familia, la sociedad?¿Que pueden o deben hacer las autoridades? .¿ Y la industria alimentaria?
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1 comentario:
Me ha parecido muy interesante este artículo, y creo que en el último párrafo está la clave. porque la teoría parece que todos más o menos la conocemos, pero a la hora de la verdad no lo hacemos bien. Creo que la educación en salud en general, y en este caso de la alimentación en particular corresponde a todos, es decir que los padres tenemos que educar pero también deben ayudarnos en el colegio y en los centros de salud porque muchas veces los padres por el hecho de ser padres no sabemos hacerlo bien. por otro lado no creo que debamos esperar que la industria alimentaria haga nada en contra de sus intereses económicos. Como madre pido ayuda a los profesionales de la salud.
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